Si tengo un segundo

Ni las rosas más blancas
le hacen justicia
ni la distancia en su lozanía,
ni las lluvias de verano
que tanto envidio
porque la alcanzan
pero yo sé qué hacer
con ese diamante intocable
por ahora, por hoy
escribo aquí
en donde somos libres
porque no la encierro
y ella me ve
y sé que sonríe
y ella viaja
en cuadernos azules
que reflejan los rincones
de una mente incansable
que desde todo ángulo
sólo muestra su rostro
y allí es donde puedo
acariciar todo su ser
sin temores
enredarme en su cabello
y descender con mis dedos
lentamente
por su espalda
para tratar
luego
renacer en sus sueños.
Y no habrá lágrimas
imposibles
jamás derramará
si tengo palabra
si tengo voz
si tengo un segundo
de su atención
sólo quise
sólo quiero
verla ser.