martes, junio 24, 2008

Nube


He sido otorgado el don de volar.

Pero no lo sabía hasta que me empujaste,
o me enseñaste,
tal vez
para que vaya a buscarte
porque te ví, lejos
pero no tanto
y aprendí
ángel,
a volar por lo que anhelo
siempre mirando arriba
hacia vos
con tu diáfana mirada
una sonrisa incalculable
tus manos blancas y suaves
de algodón
de nube
no podría dejar de acariciarlas
jamás
pensándote
en el cielo
dibujada por vos misma
más bella que la aurora
con tu fragancia inolvidable
y a través de los ojos
que te miran hoy
que te buscan hoy
que te esperan.

Aquí estoy, princesa
en mi pequeño planeta
regando mis árboles de baobab
pensando en vos.

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