martes, enero 27, 2009

Una canción en llamas


Soy una promesa constante
como una canción en llamas
soy una mano incesante
una visión en las ramas
un horizonte cercano
como esa bella saudade
en un segundo pasado
soy quien espera encontrarte
andando en un mar de brazos
con mis palabras tan vagas
hasta cruzar las miradas
y el horizonte, cercano
será que ya pienso cuando
ese balcón en tu cielo
aunque pasaron momentos
un nuevo recuerdo es tanto.
Viajar por ir y volver
de un quinto piso al nirvana
el viento, un vaso, tu cara
morir, volver a nacer,
soy una canción en llamas
tu risa me hace creer
un estribillo de furia
un verso para tu piel
y esa melodía nueva
siguiendo el ritmo de un sueño,
si el día en tus ojos queda
la noche será tu cuerpo,
y el fuego de estos acordes
quisiera que lleguen tan lejos
hasta contarnos en cuentos
la música de mañana
de alguna canción en llamas
que escribí por tu sonrisa
que ahora imagino, de nuevo
mientras te espero, sin prisa.

martes, enero 06, 2009

El reino de los pájaros

Sobreviene el día indeciso, entre grises o azules el alba llegó y no, no nos dimos cuenta. Un gesto, sincero, y luego la luz, tu voz, mi sonrisa. El camino de regreso se hizo corto, cerrabas los ojos, cansada, yo velaba, y velo aún por esa tranquila sonrisa, por tus ojos cerrados. Estoy aquí noches después, confesiones después, escribiéndote a vos, con los pájaros de testigo. Estoy aquí haciendo ésto porque es lo que peor hago, lo que más me gusta.

Esa mañana los pájaros reinaban, enseñándome que hay cosas que ya no dependen del amanecer pasado. Que cada paso que doy es más fuerte y siempre para adelante. Dije que no me arrepentía de nada, no lo hago, todo momento extraviado en la parábola de ésta humilde vida ha sido importante, recordable, pero éstos seis meses de fuego y locura, ecos de risas, y gotas de sal, el mejor viaje que he tenido, que tengo, todavía vuelo como me muestran los pájaros para alcanzarte.

Qué será de esas alas que tienes, cansadas de tanto viajar por las alturas de mis mejores sueños, qué será mañana, no importa; si me dejas seguiré velando. Empezando cada día esperando el momento preciso en que tu voz resuene, brillante, con esa paleta de acuarelas con la cual dibujo tu rostro, y esos ojos que son el descanso de tantas ideas aquí, aquí en ésta mente incansable, en estas sienes latentes, qué será de tus miedos, los míos, no sé, no importa. Si los pájaros siguen volando, por qué nosotros no?