lunes, julio 09, 2007

Nada personal

Volver a hablar consigo mismo es la mejor y más insensata catarsis; aunque nos encandile la paradoja, cuando se trata de catarsis es inherente que hay algo que debe ser expulsado, maquillado, confundido, por ello lo de el mal menor, et altre.

Otorgo algo, uno no habla consigo mismo, no precisamente aquí.

Pero por hoy lo dejo a la suerte del invierno. Pese al karma, o a las injusticias que pueda haber cometido en vidas pasadas (Nota: pronto, Buda, pronto) el bronce y el níquel han sido y son particularmente cálidos. Será la acogedora punta de mis dedos, todo se predispone.

Mientras tanto lucho con alguna séptima menor, tal vez novena. Lo mío es puro esfuerzo, lo admito, también. Y como mis promesas han sido tan bastardeadas (por mí, por otros...), insisto; no es nada personal, pero...

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