domingo, julio 29, 2007

Alba


Sonríe de madrugada, tan solo, ningún amanecer la vio tan bella. Y jura con su mirada sin decir nada de más. Despacio por la mañana se arrepiente del silencio, que es todo, menos sincero. Pero nunca en las cortinas desgarradas de la sala se notó la decepción, la desnudez que la inundaba. Entre abalorios y nada se debate la pasión, se desata esa batalla y se hace trizas la razón. Lentamente me abandona, me deja otra vez allí, al borde de la vertiente y esperando una palabra. Se precipita la calma, se extiende la inmensidad. Soy parte de la impotencia de ser tan sólo uno más. Entre la eterna mañana, se pierden las sensaciones que creí que me rodeaban. El mar se aleja más con cada oleada. Me voy antes de que la noche reclame la casa.

...

Luther, 05/10/05

A veces me sorpendo a mí mismo.

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