domingo, junio 20, 2010

Era en invierno

La semilla de un invierno inminente nos encontró en un instante donde las dudas amenazaban, pero era sólo un pequeño salto al vacío, era todo o nada o la gloria; yo te confieso hoy que no lo sabía y mi ternura era incomparable, sólo un retoño del árbol que hiciste de mí - pero aún así mis raíces estaban tan firmes, eran los días que veíamos nacer y casi morir que nos alimentaban, que nos empujaban a ese salto...

Hoy todavia recuerdo y nunca lo olvidaré la luz de las mañanas y las tardes que compartimos antes de beber tu savia y perderme para siempre en las hojas de tu amor; ni el otoño que siguió y como tal no debía a esa furiosa aparición pudo hacer leña con el filo de la distancia aunque cerca estuvo pero firme allí yo estaba, sabía sin saber que en el invierno todo termina y empieza, sabía sin saber que yo te amaba y como tal era intocable, una locura así no termina nunca cuando empieza y es tan sincera...

Por esa locura desde el tallo hasta las hojas, porque ni el mar más grande del mundo pudo ahogar este amor, porque las millas y kilómetros pueden ser tantas pero estás aqui susurrándome al oído, esa hermosa aparición nocturna que de onírica sólo tiene una verdad, la única, que viajamos en un sueño intempestuoso y valiente, sólo por saltar al vacío y sin pensarlo es que a veces la locura nos hace tan, pero tan bien...

1 comentario:

Laura dijo...

2 años mi amor, dos años. Gracias por cada día, cada hora, cada momento, por haberme esperado y quererme tanto.